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Arquitectos: heneghan peng architects
- Área: 1800 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Thomas Bruns, Ute Zscharnt
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Proveedores: Glasolux, Lamilux, Lichtkonzept, Reckli, Schüco
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio, conocido como Tonofenfabrik –por ser una antigua fábrica de hornos de barro-, se encuentra emplazado en el centro histórico de la ciudad alemana de Lahr, en una zona cercana a los restos del castillo "Storchenturm" y a la propia muralla de la ciudad medieval. Habiendo sido deteriorada por el paso del tiempo, su construcción -ahora protegida-, se ha rehabilitado y acondicionado para poder albergar el programa del Museo de la Ciudad, aprovechando su estratégica implantación urbana para posicionarse como uno de los destinos más relevantes para turistas y residentes. De esta manera, el edificio logra interiorizar e involucrar a los ciudadanos con la historia y el patrimonio de Lahr de una manera en que el antiguo museo del parque de la ciudad nunca había logrado. Complementando el volumen original en forma de "L” con una nueva torre de escalera, el antiguo edificio industrial de ladrillos logró transformarse en un moderno museo que se manifiesta como un conjunto coherente y articulado entre el pasado y el presente.
Con una terminación de hormigón visto pigmentado –con tonalidades rojizas-, la nueva torre de escaleras materializa un bucle sin fisuras que conduce a los visitantes a través de la exposición. En conjunto con la construcción existente y su icónica chimenea, el bloque de escaleras le otorga al edificio una presencia altamente reconocible, convirtiéndose en un elemento característico del espacio urbano y en una parte esencial de la identidad de la ciudad.
Además de presentar la abundante historia de la ciudad de Lahr y de sus habitantes en el interior del edificio, el proyecto incluyó la remodelación del espacio público entorno al mismo, completando la estructura del conjunto urbano y permitiendo que, finalmente, las importantes capas históricas del centro de la ciudad vuelvan a ser legibles.
El acceso al edificio se resuelve mediante una histórica puerta ubicada en la esquina del bloque, creando una entrada acogedora que se complementa con dos nuevas aberturas en la fachada norte para permitir una mayor conexión de la planta baja con la plaza urbana. Esta situación de permeabilidad entre la ciudad y el edificio posibilita que el mismo deje de ser sólo un museo, para convertirse en un lugar de encuentro y celebración.
Para potenciar esta fuerte conexión entre el ámbito exterior y el interior, se decidió ubicar la mayor parte del programa público en la planta baja -el vestíbulo, el café y la pequeña tienda del museo-. También, algunas de las exposiciones permanentes se desplazaron hacia esta zona, actuando como un “aperitivo” que invita a la gente entrar y como una vidriera que acerca la historia de la ciudad a la mirada pública. La torre de la escalera desempeña un papel fundamental en el establecimiento, ofreciendo una circulación clara e intuitiva que guía a los visitantes a través de la exposición y articula todo el conjunto exterior con su fachada de hormigón pigmentado rojo.
Dos enfoques opuestos caracterizan el diseño interior del museo: Por un lado, las áreas de exposición alojadas en el volumen del histórico edificio industrial se manifiestan como espacios sutilmente restaurados que preservan al máximo el carácter y los elementos preexistentes. En ellas, la atención se centra en la exhibición, con una colorida variedad de artefactos diseñados por MuseoConsult y Studio Kernland.
Por otra parte, la sinuosa combinación de hormigón pigmentado con la afilada geometría metálica de las barandas, carpinterías y techos del nuevo espacio de circulación, continúa con la lógica expresiva del exterior del volumen, creando una experiencia que contrasta con las brillantes salas blancas de exposición -un lugar intencionadamente diseñado para proporcionar un descanso de la densa experiencia sensorial de las salas de exposición-.
Jan Merk, presidente de la Asociación de Museos de Baden Württemberg, ha destacado la importancia del edificio en el panorama de los museos del estado federal dominado, en su mayoría, por instituciones gestionadas por la comunidad. Describió el proyecto como una combinación exitosa que logra articular lo tradicional con lo moderno, cumpliendo efectivamente su labor museística de coleccionar, preservar y comunicar, pero actuando, además, como contenedor de conocimiento, una máquina de entretenimiento y una plataforma de participación.